Sobre Mí

A través de todos los años de experiencia que he venido observando en mi sanación propia y en la sanación de otros, he comprendido que la ciencia y la energía cuántica están profundamente relacionadas y entrelazadas. Es decir, el equilibrio energético y mental funciona como la mente consciente y la mente inconsciente, una crea el puente de sanación para la otra. Con esto quiero decir que, para trabajar la mente de forma más efectiva, primero hay que limpiar y sanar la parte energética. Por tanto, he observado mejores resultados cuando se equilibra la energía primero y luego se trabaja la información que ya está almacenada en nuestra mente. El equilibrio energético permite reducir los niveles de estrés y ansiedad, y trabajar con una mente tranquila y receptiva facilita cualquier proceso de cambio y progreso en el individuo. En cambio, cuando la persona se encuentra en un estado de emergencia personal, ya sea estrés, depresión o cualquier desequilibrio emocional o energético, el trabajo terapéutico se vuelve más complejo.

A lo largo de mi vida he estudiado numerosas terapias holísticas de sanación, y siempre me hacía una pregunta, ¿por qué el vaso se vuelve a llenar? Aplicaba todas las terapias como curitas para las heridas, de forma temporal, pero con el tiempo volvía a experimentar la misma ansiedad y el mismo patrón, aunque con diferentes matices.

La razón de esto es que, desde que nacemos, nuestro cerebro funciona con dos mentes. La mente consciente, capaz de dar órdenes y crear un puente de comunicación con la mente inconsciente, que es la que controla desde nuestros signos vitales hasta cualquier experiencia vivida desde el vientre materno hasta el momento presente. Para quienes manejan información más empírica, incluso desde el origen de nuestra alma. Es decir, la mente inconsciente controla más del 85% de las funciones de nuestro ser. Por tanto, es vital aprender a ser conscientes de cómo funciona nuestra mente, para poder fluir armónicamente con nuestro diálogo interno. Al nacer, ya traemos la mitad de la información biológica y mental de nuestros padres, mitad de la madre y mitad del padre, que se aloja en nuestro ADN. Este ADN se va construyendo a partir de esa información base y de las experiencias vividas que impactan nuestra vida de forma positiva o negativa.

Es importante entender que nadie nos enseña en la escuela cómo funcionamos a nivel mental y que nuestros padres carecían aún más de información y soluciones que nosotros en la actualidad. Ellos hicieron lo mejor que pudieron, desde la ignorancia, la carencia educativa y las limitaciones de su época. Y aún más difícil lo tuvieron nuestras generaciones anteriores.

Somos una generación más favorecida por la información y el avance de la ciencia, con acceso cada vez mayor gracias al desarrollo digital de los últimos tiempos, y con más estudios científicos que confirman y avalan cómo funcionamos.

En relación con todo lo anterior, es fundamental mencionar que la niñez de cada persona es vital en su desarrollo. Es la etapa que marca al individuo de por vida, tanto de forma positiva como negativa. Es prácticamente el origen de las patologías psicológicas o del éxito en cualquier área de la vida, ya que proporciona el lenguaje interno con nosotros mismos, las creencias que causan la repetición de nuestras experiencias.

Aquí es donde me enfoco. Con la terapia SAAMA, método de Veturian Arana, se puede acceder a esa mente inconsciente y sanar cualquier síntoma energético, físico, mental o emocional, logrando una sanación profunda de cualquier problema que impida la felicidad del individuo.

Una vez realizada la sanación, se acompaña al cliente para observar su progreso y su área de transformación, respetando siempre la libertad y el ritmo del ser.